En Chile, aproximadamente 20% de la población no vive en una casa aislada y 27% de la población no es propietario de su vivienda (según los censos de 2002 y 2017 del INE). Algunas razones por las cuales no se podrían instalar paneles FV incluyen:
Dificultad en conseguir recursos o financiamiento
Tener un techo sombreado, sin orientación hacia el sol, o de tamaño inadecuado.
Tener un techo estructuralmente insuficiente para paneles FV.
Ser arrendatario sin derecho a instalar paneles en la propiedad.
O vivir en un edificio con múltiples habitantes y no ser dueño del techo.
Para estos hogares y otros que no pueden generar su propia energía solar, la generación comunitaria ofrece la posibilidad de beneficiarse de energía renovable producida por paneles solares compartidos. Esta forma de generación, que es compartida entre vecinos y no es necesario instalar en la propiedad misma, se conoce como “energía solar comunitaria.”
Un aspecto clave de la energía solar comunitaria es que puede ofrecer acceso a la energía renovable a comunidades con pocos recursos, quienes a menudo no pueden instalar sus propios paneles solares por unos de los motivos definidos anteriormente.
Además, estas comunidades deben también incurrir en gastos energéticos muy altos en comparación a sus ingresos, y podrían beneficiarse mucho por reducciones en la cuenta de luz. Por lo tanto, muchos administradores de proyectos de energía solar comunitaria han incluido cupos especialmente destinados para participantes de bajos o medios ingresos, muchas veces con condiciones de participación que garantizan el ahorro desde el principio.
En los Estados Unidos (EEUU) en particular, el creciente movimiento de la energía solar comunitaria (que ha llegado a una capacidad total de 1.226 MW) ha enfatizado el acceso inclusivo a este fuente de energía renovable. Una encuesta del Smart Electric Power Alliance, dirigida a administradores de proyectos de energía solar comunitaria, reveló que 44% de los encuestados tenían participantes de bajos a medios ingresos. Los encuestados representaron más del 60% de la energía solar comunitaria en los EEUU. Cabe destacar que, para poder tener una oferta especial para personas con pocos recursos, muchas veces se necesita utilizar subsidios externos, tiempo de voluntarios, o equipos donados.
El Coyote Ridge Community Solar Farm en Colorado, EEUU nos ofrece un buen ejemplo de cómo se forma y opera un proyecto comunitario con enfoque en servir a personas de bajos recursos. El proyecto se llevó a cabo por la Poudre Valley Electric Association (PVREA), una cooperativa eléctrica, con apoyo del Colorado Energy Office and GRID Alternatives, una organización sin fines de lucro que busca aumentar las capacidades locales para desarrollar energías renovables. De los 1,95 MW de energía solar instalados en este proyecto, 1,2 MW está dedicado a hogares de bajos ingresos, viviendas asequibles, y organizaciones sin fines de lucro. Para concretar el proyecto, más de 300 voluntarios ayudaron en la construcción, disminuyendo los costos y proporcionando una oportunidad de aprendizaje para los miembros de la comunidad y estudiantes de una universidad local.
Una vez que instalaron los paneles, cualquier persona con una cuenta de luz con PVREA podía suscribirse simplemente eligiendo el número de paneles que quisiera y pagando una tarifa inicial (48 USD por panel) y una cuota mensual (3,46 USD por panel). Luego, como explica Carla Douglas en su columna, “La Importancia de la Descentralización Energética,” los participantes reciben un descuento en su cuenta por la electricidad producida por sus paneles FV. Al mismo tiempo, miembros con bajos ingresos tenían la oportunidad de inscribirse sin pagar ningún costo de subscripción, y obtener un ahorro garantizado durante 4 años. La inscripción se puede hacer en línea, todos los costos y descuentos se hacen a través de la cuenta de luz, se puede cancelar la subscripción cuando quiera, y PVREA coordina todos los detalles y la mantención. Por ello, tener energía solar es rápido y fácil para quienes participan.
Con la aprobación de nuevos cambios en la Ley de Generación Distribuida en octubre del 2018, los proyectos de energía solar comunitaria, como Coyote Ridge Community Solar Farm también serán posibles en Chile. En este momento, el mercado solar, junto con la ciudadanía, tiene la emocionante y desafiante oportunidad de diseñar modelos de negocios de energía solar comunitaria que funcionen en el contexto chileno. Siguiendo con la intención del movimiento en los EEUU y otros países, la formación de estos proyectos debería involucrar directamente a miembros de la comunidad local y promover la participación de personas con bajos ingresos. De esta manera, Chile tendrá la oportunidad de desarrollar la energía distribuida en una forma limpia, accesible, e inclusiva.
Fuente: Energía Comunitaria
Publicado por: Futuro Renovable
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